Hace muchos, muchos años vivía una mujer. Era elegante, extrovertida y
muy sociable. Parecía que con sólo empezar a hablar, el tiempo y el
mundo se paraban para escucharla... Era perfecta, siempre al gusto de
todos... Si una persona estaba triste y necesitaba ánimos, ahí estaba
ella para amenizar su día. Por el contrario, si alguien quería pensar y
tener un punto de vista más reflexivo... También estaba ahí para aclarar
sus ideas. Era bella, por dentro y por fuera... Aunque su belleza
exterior era percibida por muy pocos... Hablaba de amor aunque nunca
había amado. Y a pesar de ello, era amada por todos.
Una historia
muy rara la de... Es verdad! Todavía no he dicho como se llamaba. Su
nombre era Ica. Un nombre muy especial incluso para esa época... Pero
ella era así, especial hasta para su nombre.
Ya la he descrito
psicológica y físicamente, pero me falta deciros lo verdaderamente
especial de Ica... Vivía en una cueva. Por eso, su verdadera virtud no
era ni su belleza, ni su carácter... ¡Era su voz! Cada palabra que salía
de su boca retumbaba en la cueva y llegaba a todo el mundo.
Una
noche, un temblor la despertó. Seguido de un fuerte estruendo. Grandes
rocas se precipitaban desde las montañas hasta la cueva... Ica asustada
gritó. Claramente, su grito fue escuchado. Y cientos de personas
acudieron enseguida a saber lo que le había ocurrido a su mujer
predilecta. Cuando llegaron, la cueva había quedado sepultada,
cientos y cientos de rocas habían tapado la entrada. El silencio se
hizo más ruidoso que nunca... La calma después de la tempestad... Lo
único que se escuchaba eran las lágrimas de la gente precipitando sobre
el suelo. Pero una lágrima se paró. Se cortó en mitad de la mejilla de
un niño. La voz de Ica volvió a escucharse. Sonidos que pedían
tranquilidad... Ella ya no podría salir, su cuerpo había muerto pero su
voz seguiría, más viva que nunca. Desde entonces, algunos días más
debil, más triste... Otros más entusiasta, más romántica... Pero su voz
seguía siendo escuchada.
Después de ese fatídico día, y viendo que
ella seguía con más fuerza que nunca en su empeño porque su voz fuese
escuchada y disfrutada, la gente de los alrededores decidieron
homenajearla describiéndola como una musa.... Este apodo fue viajando
de persona en persona, de pueblo en pueblo. El nombre de musa Ica llegó
a cada esquina del planeta... Por lo que la gente decidió adoptarla
juntando los dos nombres, quedando sólo uno... Y esta mujer pasó a ser
conocida por el mundo entero como Música.
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